jueves, 30 de octubre de 2008

Black Rose II

Esto tenía que haberlo hecho hace mucho tiempo. Nunca debí de haber esperado a que las cosas salieran tan mal, aunque sé que en parte la culpa fue mía. También ella a hecho que la situación fuera insoportable para los dos con sus continuos engaños, mentiras. Otra persona habría actuado bastante peor que yo. Total, tampoco le hice tanto daño. Ella aguanta bien un par de tortazos. Si es que llevaba mucho tiempo provocándome y al final no aguanté más. Ella y su manía de irse con sus amigas a cenar y luego le parece mal que yo salga con mis amigos. Por lo menos yo no llego a la mañana siguiente desaliñado y sin ganas de hablar. Nunca debí de consentir eso, pero la quiero. Estoy harto de hacerme el ciego y el tonto. No se si realmente le importo algo pero a mi con su simple presencia me basta. Necesito su cuerpo cerca del mío, aunque no me haga caso. No puedo imaginarme mi vida sin ella.

No tendría que haberle pegado, pero cuando me dijo que cualquiera lo hacía mejor en la cama que yo, ya no aguanté más. Y no fue tan fuerte. Llevo toda la mañana recorriendo floristerías para conseguir su flor preferida y no he encontrado más que una. ¿Por qué los hombres cuando llevamos un ramo de flores parecemos estúpidos? supongo que será porque nos imaginamos la cara de felicidad que pondrá cuando le entreguemos el ramo. Las flores lo perdonan casi todo. Supongo que un ramo con 23 rosas rojas y una rosa negra perdonará el daño que le he hecho. Dichosa rosa negra. Hasta que empecé a salir con ella ni siquiera me imaginaba que pudieran existir. Menos mal que a veces alguna floristería las tiene. Le encantan.

Creo que este largo paseo me ha venido bien para aclararme las ideas. Bien, ni siquiera va a hacer falta que suba arriba, está en el portal. Cuando me vea se va a quedar sorprendida. Le encantan los regalos. Y luego tenemos que hablar mucho. La quiero demasiado como para perderla por unas cuantas palabras. Me está saludando, voy a esconder las flores detrás de mi para que no las vea, bueno, por lo menos que no vea la rosa negra, el ramo es enorme. Pero... ¿quién es ese tío que la está besando?, ¡y aun encima entra en mi casa! ¡Desgraciada! ¡En mi casa no, por favor!

...............

Llevo más de diez horas escondido en el portal de en frente observando las luces de casa. La del salón, la de la cocina, la de la habitación. Ese tío se ha quedado toda la noche en mi casa,... con mi mujer... ¡en mi cama! Creo que alguien se va a acordar de haberme conocido.

- "¡Disculpe!, tome estas flores. Creo que le hacen más falta que a mí."

Esa mujer tenía pinta de necesitar mucho un ramo. Me encantó la cara de extrañeza que ha puesto. Valió la pena pagar ese dinero por ellas. La rosa negra la reservaré para dentro de unos días. Le voy a dar tiempo para que disfrute. Cuando el primer pétalo empiece a caer alguien se va a arrepentir de tener caprichos. Cuando empiece a marchitarse la bañaré con su sangre.

1 comentario:

Yedra dijo...

Si no hubiera leído tus disculpas en el lateral, por lo que escribes, que nos quieres remover por dentro, me hubiera marchado para siempre.
Porque me ha parecido tremendo lo que he leído.
La primera bofetada mató la confianza, el cariño ... el amor, si es que hubo.
Un beso algo asustado todavía.
Yedra