miércoles, 29 de octubre de 2008

Black Rose I

Aun puedo percibir en el aire el olor de las flores. Nunca había pensado que pudiese durar tanto tiempo en una habitación. La verdad es que tampoco recuerdo cuando había sido la última vez que alguien me había regalado flores. No puedo decir que éstas hayan sido un regalo, bueno sí. Una se acostumbra tanto a estar sola que no se acuerda de los pequeños detalles como esos. Que un desconocido se le acerque a una y le regale un ramo de rosas no es nada habitual. En la tienda todo el mundo hablaba de mí. Que quién sería el admirador, que si por fin tenía novio,... las típicas tonterias que se dicen cuando una lleva tanto tiempo como yo sin pareja estable. Me encantó ser el centro de atención de todos por lo menos durante unos días.

Nada más llegar a casa las puse en agua he intenté que se conservasen frescas el máximo tiempo posible. Guardé cada pétalo como si de un tesoro se tratase y me fui haciendo preguntas sobre quién sería y por qué me dió las flores a mí. La última flor fue secándose lentamente y no se le llegaron a caer ninguno de los pétalos. Su color rojo fuego se fue oscureciendo poco a poco hasta volverse casi negro. Me encanta observar mi rosa negra. La cambié a un pequeño jarrón de cristal y en la base le puse un platito con el resto de los pétalos de las demás rosas que no consiguieron alcanzar esa clímax de perfección.

Mi rosa negra, perfecta en su ser y conservando dentro de ella ese suave aroma a frescura. Cada día me despierto con el olor de las flores cada vez más leve pero al mirar mi rosa me siento mejor. Hace unas semanas creía que mi vida ya no tenía ningún sentido y que mi única solución era dejar de vivir, como las rosas al marchitarse.

Hoy me siento como élla, perfecta, frágil pero con un aliento fresco en mi interior que me dice que siempre pude una seguir aquí, eternamente florida, eternamente bella. Cada vez que me miro las marcas de las muñecas y pienso en añadir una nueva recuerdo mi flor. Recuerdo a ese extraño que con su gesto me salvó. Y lloro porque he descubierto quién soy...

5 comentarios:

Yedra dijo...

Pues vengo a dejarte una pequeña alegria, por lo menos lo intentaré. Que el perfume y la belleza de esa rosa te persiga siempre.
Un besote enorme, volveré a verte más veces.
Yedra

Marí dijo...

Que maravilloso es que alguién que no conoces d nada te regale flores....la mágia de la vida te envuelve con sus pasos que son los que te guiaron...quizás tú ángel de la guarda que sabía que las necesitabas....los pequños detalles son los mejores y nunca nos damos cuenta hasta que los perdemos...

FJRT dijo...

Gracias por dejar un comentario, comenzaba a creer que eso no servía para nada jajaja.

!uaaaauuuuu menudo blog!. Me pasaré a leerte con mas detenimiento ahora me voy al curro, veo mucho sentimientos en estas lineas...

Saludos

MAND dijo...

¡Hola paisana! Maravilloso tu blog, de verdad, en cuanto pueda voy a votar por él. Me encanta el lenguaje que utilizas, es algo que me llama muchísimo la atención. Felicidades por tu trabajo. Saludos.

Duquesa de Katmandu dijo...

Las flores pueden encarnar casi todo lo que se nos ocurra...
Gracias por visitar y seguiré leyendo también!

beso,