domingo, 30 de noviembre de 2008

Dormida

Últimamente no soy capaz de conciliar el sueño. El calor es agobiante y hace que la poca ropa con la que duermo esté totalmente empapada a los pocos instantes de tumbarme. He probado a dormir sin ella pero ni aun así he conseguido nada, mi piel y todos mis pliegues se humedecen bañándose en una suave capa de agua salada. Pero eso sería soportable si pudiese dormir. Cada vez que cierro los ojos las imágenes me bombardean sin poder evitarlo: le veo una y otra vez. Sus ojos, su sonrisa, cada centímetro de su piel que no me canso de recorrer con la mirada,.... todo se me aparece haciendo que me encuentre inquieta en la cama.

Y así un día tras otro. Sé que no es bueno enamorarse de las ilusiones, sobre todo si sabes que nada más son eso, ilusiones. Pero es lo más parecido a lo que la gente llama amor. Nunca lo he visto en persona ni se como es en realidad. Lo único que tengo de él es una foto que me envió a través de un correo. ¡Sólo una foto! el resto han sido multitud de líneas que tengo guardadas y releo cada vez con más frecuencia. Llevo tiempo sin coincidir y sólo tengo eso, una foto, y cada noche al quedarme dormida es él el que se me aparece en mis sueños. Es él el que se me acerca como nadie se me ha acercado hasta entonces. Es él el que me dice esas palabras que no sabía que se podían decir y que me hacen estremecer. Es él el que siento tocarme cada vez que una gota de sudor me recorre la piel.

Me adormezco por fin y es entonces cuando todo se vuelve real y lo veo a mi lado, observándome. Me acerco a sus labios y noto su calidez en los míos mientras nuestros cuerpos resbalan uno sobre otro. Cada nervio de mi ser se estremece al notarlo. Una suave ola de calor me envuelve cuando nos unimos y empezamos a navegar en un mar de aguas calmas, dejándonos mecer por la marea. Poco a poco avanzamos más hasta que sabemos que sólo nos queda ir hasta el final y es entonces cuando llegamos. Todo es perfecto cuando me quedo dormida.

Un rayo de luz ilumina el otro lado de la cama, donde hace sólo unos instantes se hallaba el fruto de mis sueños. Sé que es no es mas que un recuerdo de algo que he vivido en mi mente pero ese recuerdo es lo suficientemente intenso como para que no crea en él. Hace sólo unos instantes me hallaba en su compañía y no había nada más. Hace sólo unos instantes éramos un solo ser. Hace sólo unos instantes amé intensamente.

2 comentarios:

Perséfone dijo...

Seguro que miles de internautas se sienten identificados con este relato. Y es que no se puede negar que las tres W´s lo han revolucionado todo, incluyendo las relaciones sociales y sentimentales.

Tepueden parecer más o menos auténticas, pero es una realidad.

Un saludo.

eclipse de luna dijo...

Supongo que esto llega a ser tan real como la vida misma.
Un besito y una estrella.
Mar