
Nuestras respiraciones empiezan a recuperar poco a poco su ritmo normal mientras nuestras bocas se buscan hambrientas. Nuestros cuerpos resbalan bañados en sudor mientras nos abrazamos, mientras nos deseamos. Las arremetidas de antes dan paso a suaves caricias, a susurros, a besos de complacencia. La observo extenuada y preciosa. Sus ojos se posan sobre los míos y un escalofrío me recorre al notar amor en ellos.
Yo sólo quería sexo.
1 comentario:
Hola Albalvcor.
Ya hace tiempo que te leo e incluso tengo vínculo con tu blog.
A veces, cuando me sumerjo en tus relatos, dejo que mi mente vaya más allá y que ésta vaya dejándose arrastrar por las escenas que describes.
Escenas cargadas de erotismo que sin querer te transportan a una aventura virtual que siempre deja un bienestar sólo comparable a la felicidad.
Por ello te felicito, porque sabes hacer llegar lo que quieres expresar y eso sin duda alguna es algo maravilloso y digno de admirar pues no todo el mundo lo consigue.
Un abrazo.
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