viernes, 26 de septiembre de 2008

El Gigolo

"¡Eres increíble!" Me encantan que me digan eso, aunque después de tanta gente ya tenía que estar acostumbrado. Pero he de reconocerlo, lo soy. Por lo menos en la cama. Puede que mi juventud sea el motivo para ello, 25 años, pero pienso que la razón reside en el ejercicio. Desde mi primera vez, con 16 años, hasta hoy, no ha habido un sólo día sin que hubiese mantenido una relación. Alguno pensará que soy un fantasma, pero es la verdad. Y todas ellas mayores que yo. Tampoco me fijo en las de mi edad, me parecen demasiado insulsas. Prefiero conquistar a las maduras, y si a eso le añadimos mi fama como gigoló, obtendremos un galán perfecto.

Nunca una mujer se ha quejado de mí y nunca una mujer a quedado insatisfecha. El truco reside en el detalle. Hoy en día no se sabe conquistar, la gente tiene prisa y se olvidan de los detalles: Una flor, un poema escrito en una servilleta, una llamada, un susurro o una simple caricia hacen más que cenas y joyas, y tampoco podría competir contra eso. Pero ante cualquier conquista lo que también importa es el tiempo de trabajo.

Conquistar a una mujer no es fácil cuando uno tiene mi edad y la candidata 10 años más, por lo menos. Nadie se fija en un chaval, no ofrece nada, y por eso hay que estudiar las situaciones. Averiguar donde trabaja, donde vive, sus horarios, sus gustos y costumbres, el correo que recibe.... una labor de investigación digna del mejor detective privado. Esto se puede hacer en cualquier momento. No es la 1º vez que me paso horas delante de un portal esperando a verla llegar. Y cuando ya tenemos todos los datos hay que pasar a la acción e ir llamando poco a poco su atención.

Una mujer no se fija en un chico desgarbado, aunque le lleve un ramo de flores con una dedicatoria, pero cuando los ramos pasan a ser semanales nos encontraremos a una mujer ansiosa por que llegue el miércoles y ver si su admirador se ha acordado de ella, me gustan los miércoles porque así la inquietud aumenta cara al fin de semana. El siguiente paso es, un día, no mandárselo y esperar. Cuando sale esa tarde del trabajo la cara suele ser de tristeza o de rabia, no se han acordado, y es entonces cuando al acercarme con una flor y una sonrisa cuando ella se rinde. Me encanta esa mirada de extrañeza que ponen: ¿Un mocoso?, ¿pero que habrá visto en mí?, eso piensan casi todas. Y enseguida ves que su ego aumenta al pensar que han conquistado el corazón de un "chaval".

¿Y la primera vez? Siempre intento que sea especial. Suelen estar nerviosas y muchas se apuran y también ahí hay que tener tacto. No les suele gustar que sea un niño el que controle la situación completamente, les gusta ser a ellas las que llevan la voz cantante, pero no me gusta dejarles salvo para los detalles. Otra vez los detalles: determinadas caricias, formas de besar o de moverse, pequeños gustos,... aunque al final todas se dejan hacer. Hasta determinadas cosas que nunca harían cuando las prueban enloquecen. Es como si se destapase la caja de Pandora que tenían oculta. Si sus parejas supieran todo lo que pueden llegar a hacer dedicándoles un poco de tiempo se sorprenderían.

Y empiezan los regalos. Lo más habitual son los relojes aunque una mujer me llegó a comprar un piso y un coche para que no me marchase. El dinero no suele ser el motivo de porque lo hago, no. Es más, tengo ya tanto dinero que aunque despilfarrase 1000 € a la semana tardaría años en vaciar la cuenta, las mujeres agradecidas suelen ser muy generosas. No es el dinero, lo que me motiva es la prensa. Romper una relación cuando es perfecta cuesta mucho y una mujer despechada es el ser más peligroso que existe. Conseguir que le dejen a uno es una labor más delicada que la conquista.

Aun recuerdo a la primera mujer que me dejó. Al cabo de dos semanas de llamadas y mensajes se acabó suicidando. Fue una gran pérdida, me encantaba lo bien que olía y cómo bailaba. Ella me enseñó muchas cosas entre ellas a dar masajes después de hacerlo, era algo sumamente erótico pero al desaparecer la carga sexual se hacía más irresistible. No me acuerdo de su nombre pero guardo ese recorte, apareció en todos los periódicos. Yo me reía cuando acusaban al exmarido del crimen, al final quedó absuelto pero yo me reí mucho. Desde aquella mujer he conseguido que otras treinta mujeres se suiciden por amor y creo que esta noche conseguiré sumar la treinta y una. La pobre está muy mal y después de este último fracaso ya no tiene ninguna razón para seguir viviendo y supongo que usará las pastillas que casualmente me olvidé el su mesilla junto a una carta debidamente escrita en la que le anuncio mi muerte, eso siempre funciona.

3 comentarios:

Perséfone dijo...

Que buen relato. Creo que dices en él unas cuantas verdades.

En realidad, y tal como están las cosas hoy en día, no creo que sea realmente difícil conquistar a una mujer. Basta con un poquito de atención y unos cuantos detalles.

Un saludo.

eclipse de luna dijo...

Si sigues conquistando tan sistematicamente, al final perdera todo su encanto...
El amor es mas de improvisadas situaciones..
Muy buen relato.
Vengo del foro de blogs 20 y como tu dices, me gusta descubrir nuevos blogs, el tuyo me gusto..
Ha sido una agradable sorpresa.
Un besito y una estrella.
Mar

Anónimo dijo...

Retratas lo que TODO el mundo piensa de un gigoló y éso le hace perder emoción.
El cuerpo de tu relato es demasiado monótono, le dedicas demasiado tiempo en comparación a lo que inviertes en el desenlace: tan sólo unas líneas. Éso me recuerda demasiado al cine norteamericano y la verdad es que no me gusta mucho. Mala técnica.
Incurres en contradicciones: primero dices que lo importante es el ejercicio y uno piensa que el prota tiene un cuerpazo..... pero después no es más que un chico desgarbado.
Caes en lugares comunes: nada más manido que el concepto "caja de Pandora", sobre todo cuando la llevan dentro (como tú afirmas): ¿qué tal dar a entender que el prota es su caja de Pandora? Mejoraría, ¿verdad?
Por otra parte, la idea de intimismo que PRETENDES transmitir se rompe muy pronto: afirmas que el prota folla todos los días, pero al tiempo él parece dedicar más del 75% del tiempo al proceso de conquista. ¿Mientras conquista, folla? Si lo hace tiene que ser todo un autómata: cero sentimiento, cero dedicación.
Lamento no haber podido escribir nada bueno para ti y tu cuento, pero sigue escribiendo, que tal vez un día te suene la flauta.